La electricidad que usamos en el hogar, cuesta dinero con base a la cantidad de recursos que consumamos. En este contexto, mientras más consciente sea alguien al respecto, más podrá ahorrar en su factura de luz, y claro, más aportará al medio ambiente con pequeñas acciones.
Ahora bien, reducir el consumo de energía en casa no tiene por qué implicar sacrificios significativos en comodidad. La realidad es que con ciertos cambios en nuestra rutina y en las decisiones sobre el uso de nuestros aparatos, podemos lograr una gran diferencia.
Apaga lo que no necesites
Uno de los hábitos más simples, pero efectivos para ahorrar electricidad es apagar los dispositivos cuando no se están utilizando. Muchas veces dejamos luces, electrodomésticos o aparatos electrónicos encendidos, pensando que el consumo es mínimo.
Sin embargo, la electricidad que se pierde por no apagar lo innecesario, puede acumularse rápidamente a lo largo del mes. Apaga las luces en habitaciones vacías, desconectar electrodomésticos como la televisión, ordenadores y cargadores cuando no los estés usando.
Además, el uso de interruptores inteligentes o temporizadores puede ayudarte a automatizar este proceso, apagando aparatos de forma eficiente cuando no los necesitas.
Desenchufa lo que haga falta
Más aparatos electrónicos de los que crees continúan consumiendo electricidad si se encuentran en espera. Este consumo fantasma es una fuente de gasto energético innecesario.
Electrodomésticos como el microondas, la televisión, los cargadores de móvil y la consola de videojuegos siguen utilizando electricidad, aunque no los estés utilizando activamente.
Para evitar este derroche, desenchufa estos dispositivos cuando no los estés usando. Considera también el uso de regletas con interruptor, para desconectar múltiples dispositivos de forma simultánea.
Ventanas con aislamiento térmico
Las ventanas son una de las principales fuentes de pérdida de calor o frío, siendo que de invertir en el aislamiento térmico marca la diferencia en la cantidad de energía que necesitas para mantener la temperatura interior de tu casa.
La instalación de ventanas de PVC en Valladolid o ventana de aluminio en Valladolid con doble acristalamiento o con propiedades térmicas especiales ayuda a conservar el aire caliente durante el invierno y fresco durante el verano, reduciendo la necesidad de utilizar la calefacción o el aire acondicionado.
Si no es posible reemplazar las actuales ventanas, puedes optar por burletes o cortinas gruesas que contribuyan a mejorar el aislamiento.
El aire acondicionado no menos de 21°C
El aire acondicionado es uno de los electrodomésticos que más consume electricidad, especialmente si no se usa de manera eficiente. Para ahorrar energía, es recomendable ajustar la temperatura del aire acondicionado a un nivel moderado.
No pongas el termostato por debajo de los 21°C, ya que esto obligará a la unidad a trabajar más intensamente para alcanzar una temperatura muy baja. De igual manera, procura que el aire fluya en zonas de la casa que realmente necesiten refrigeración.
Cuidado con la calefacción a menos de 12°C
De la misma manera que el aire acondicionado, la calefacción también puede consumir grandes cantidades de electricidad si no se regula correctamente. Evita colocar el termostato por debajo de los 12°C, ya que temperaturas muy bajas generan un alto consumo de energía para mantener el espacio caliente.
Intenta sellar todas las rendijas por donde pueda escapar el aire caliente, como alrededor de puertas y ventanas, más en este último caso, como ya habíamos recomendado.
Reemplaza las bombillas incandescentes por LED
Las bombillas incandescentes son muy ineficientes, ya que convierten gran parte de la electricidad en calor en lugar de luz. Reemplazar las bombillas tradicionales por bombillas LED es lo que más se recomienda hacer siempre.
Las bombillas LED son mucho más duraderas, lo que significa menos reemplazos y ahorro adicional. Además, al estar disponibles en diversas intensidades y colores, puedes adaptarlas a tus necesidades y preferencias.
Usa electrodomésticos eficientes energéticamente
Los electrodomésticos de clase A+++, por ejemplo, consumen menos electricidad que aquellos que tienen clasificaciones más bajas. Al reemplazar electrodomésticos antiguos por modelos más eficientes, logras el objetivo principal, y claro, reduces la necesidad de mantenimiento.
Presta especial atención a la eficiencia de tu frigorífico, lavadora, lavavajillas y calefacción, ya que son aquellos que más energía suelen consumir.
Aprovecha la luz natural
No subestimes el poder de la luz natural para reducir el consumo de electricidad en tu hogar. Abre las cortinas o persianas durante el día para dejar entrar luz solar en las habitaciones, reduciendo la necesidad de encender luces artificiales.
También es útil considerar la instalación de ventanas con empresas de carpintería de aluminio u optando por el PVC, en lugares estratégicos, como pasillos o habitaciones sin ventanas directas al exterior, para maximizar la entrada de luz.
Esta sencilla práctica no solo ayuda a reducir el gasto energético, sino que también mejora el ambiente en el hogar, haciendo que se vea más luminoso y agradable.